canto a la no esperanza.

Con la mirada caída, así no tropiezo, aunque así tampoco vuelo, al contrario que Baudelaire en 'la Voz'. Veo pasar princesas con zapatos de cristal a lo Cenicienta llenos de mierda, paseo sólo por las calles de mi ciudad y veo mugre en cada calle disfrazada de personas.

Con la mirada hacia abajo veo únicamente dos pies que caminan en la misma dirección en la que voy, y esos son los míos. Vamos juntos hacia el final que es la tumba; comencé solo, voy solo y llegaré solo.
Esto no es como otros, no es un canto de amor o esperanza, solo la melodía de la melancolía de un pájaro enjaulado, el himno que la soledad canta a cada lágrima caída. Cuántas veces pensé en saltar, cuántas en fumar, cuántas en beber y olvidar ...
Este es el texto que la desesperanza alza sobre corazones cansados, que ni el mismo Jay Gatsby de Fitzgerald alegraría, no busques encontrar nada aquí mas que ¿desolación?, puede que aflicción, lo que encuentres puede que te vacíe en lugar de llenarte, no te asustes pues no es más que mi propio vacío tratando de llenarse por sí.
Cuando a los demás no los ves más que como a extranjeros que pasan por ahí, de casualidad, de paso, que están sin estar. 

Miro hacia detrás y ni siquiera hay huellas, únicamente está mi sombra, pero algo me consuela, y es que cuanto más grande es la sombra, es que más grande soy yo, y que hay una luz, aunque no sea más que un espejismo, ilusión que arde y se convierte en cenizas. La vida va sola, nada la impulsa, y cuando cae, no puedes hacer nada.
Hoy, la ilusión ha muerto, y en su lugar ha caído la ausencia, la oscuridad, la nada. Hoy, veo más lágrimas por los suelos junto a la educación y el respeto, que estrellas en la noche.

Siento desilusionarme, lo peor es que sé que estoy equivocado, que no camino sólo. Solo espero que la vida me coja y me dé de hostias, porque "no sé poner el corazón en modo avión".
Hoy mi esperanza la baso en el resurgir de un fénix.