martes, 3 de mayo de 2011

*

En esos momentos en los que solo quieres estar con esa persona, bersarla, quererla y desmostrarselo, mirar sus ojos, profundizar en su alma, hacerla sonreir... Pero sabes que no puedes, y lo único con lo que te conformas es con escuchar su voz. Intentas buscar excusas para llamarla, pero no sabes de que hablar, y al final solo queda ese incómodo silencio entre vosotros. Ya tienes miedo de llamarla, culpa de ese dichoso silencio. El tiempo va devorando tu ser, ya no sabes que hacer de ella en tu vida, tienes miedo de decir lo que sientes por su amistad, puta amistad... Envidio a aquellos que si saben hacerlo. Pasa el tiempo, y el amor hacia ella se devora a sí mismo haciéndose más fuerte, haciéndote sufrir, pero tu sueñas con ella, y lo único que te aferra a la realidad son esas cadenas de dolor, del querer y no poder, del no llegar a ser para ella sólo "un amigo": <<ofrecer amistad al que pide amor es como dar pan al que muere de sed>>...
Ella es libre, sabes que no puedes controlarla, te pierden sus ojos, sueñas con su sonrisa...
Sabes que no vas a consegur nada, pero lo intentas, sufres por ella, te cuesta verla e intentar no estar con ella, te cuesta callartelo...
Un día haces de tripas corazón y decides contárselo, llega la noche y la llamas y se lo dices, esperando cualquier cosa menos ''mejor como amigos'' y, sin embargo, no dice nada más... Ya no vuelve a ser lo mismo entre vosotros, e intentas olvidarla: vas a por otras, pasas un poco de ella aunque te duela...



Pero pasados unos meses, te das cuenta de que ella es lo más importante en tu vida, que la quieres demasiado y sabes que no puede ser, pero no puedes evitarlo. La amas, te preocupas por ella, intentas conocerla mejor, saber más de ella... eso te ayudará a saber quién eres tú, pero te hará daño.


¿Lo peor?: No he aprendido, te quiero y te seguiré queriendo... Me duele, pero todo logro merece un sacrificio, ¿no?
Quizás esté perdiendo el tiempo, amor de adolescentes...
Pero te quiero.